La fotografía gastronómica se ha convertido en uno de los pilares de cualquier proyecto relacionado con la comida: restaurantes, caterings, obradores, marcas gourmet, creadores de contenido, incluso pequeños negocios locales. Hoy, muchas decisiones de compra se toman en unos segundos, haciendo scroll desde el móvil. En ese contexto, una buena fotografía gastronómica es la diferencia entre pasar desapercibido o despertar un “¡quiero probar eso ya!” en quien te descubre por primera vez.
No hablamos solo de hacer “fotos bonitas de platos”. La fotografía gastronómica mezcla técnica fotográfica, composición, estilismo culinario y un punto de marketing visual: cada imagen debe transmitir sabor, textura, ambiente y personalidad de marca. Una hamburguesa jugosa, una copa de vino iluminada desde atrás, una tarta con el corte perfecto… todo está pensado. La fotografía gastronómica bien trabajada comunica calidad antes de que el cliente pruebe nada.
Además, la fotografía gastronómica ya no es terreno exclusivo de grandes estudios. Restaurantes pequeños, dark kitchens, food trucks o blogueros pueden crear imágenes profesionales con un equipo relativamente accesible, si saben qué necesitan y cómo usarlo. Eso sí, hay una constante entre los fotógrafos que se lo toman en serio: formación y práctica. Como tú mismo comentas, “La idea es de formarse mucho haciendo talleres presenciales y estudiando, pero hay que probar y hay que probar mucho además, hay que probar muchísimo.” Esa es exactamente la mentalidad que hace que la fotografía gastronómica pase de ser un hobby a una herramienta estratégica.
En esta guía vamos a ver qué es la fotografía gastronómica, qué tipos existen, qué equipo tiene sentido según tu nivel (incluyendo un kit pensado específicamente para fotografía gastronómica: Sony A7 IV + luz LED), y cómo iluminar, componer y organizar tu flujo de trabajo para conseguir imágenes que abran el apetito y te ayuden a vender más.
¿Qué es la fotografía gastronómica y qué tipos existen?
La fotografía gastronómica es la especialidad fotográfica en la que el protagonista absoluto es la comida o la bebida. El objetivo es hacer que esos alimentos se vean irresistibles, pero también coherentes con la marca, el contexto y el canal en el que se van a mostrar. Dicho de otra forma: la fotografía gastronómica no es solo “bonita”; tiene una función clara en tu negocio.
En el día a día, la fotografía gastronómica se usa en muchos frentes:
Cartas físicas y digitales de restaurantes.
Webs de negocio y páginas de reservas.
Plataformas de delivery y apps de comida a domicilio.
Redes sociales (Instagram, TikTok, Facebook, Pinterest).
Campañas publicitarias y banners.
Libros de recetas, revistas y blogs de cocina.
Dentro de todo esto, podemos distinguir varios tipos de fotografía gastronómica que conviene tener claros:
Fotografía gastronómica para restaurantes
Aquí no solo entran los platos. Se fotografían emplatados, bebidas, detalles de sala, cocina en acción, retratos del chef y del equipo. Se trata de construir un universo visual completo, de forma que cualquier fotografía gastronómica que veas del local “huela” a su ambiente y a su identidad.
Fotografía de producto gastronómico
Perfecta para marcas que venden café, aceite, vino, salsas, dulces… La fotografía gastronómica en este contexto combina packshots limpios (producto sobre fondo neutro) con escenas de uso, bodegones y detalles que comunican calidad y estilo de vida.
Fotografía gastronómica para redes sociales
Mucho más viva y cercana: manos en acción, procesos, ingredientes sobre la mesa, escenas de brunch o sobremesa. Aquí la fotografía gastronómica se mezcla con storytelling; lo que se cuenta alrededor del plato es casi tan importante como el plato en sí.
Fotografía para delivery y e-commerce
En apps de comida, el usuario decide en segundos qué pedir basándose en una foto pequeña. La fotografía gastronómica debe ser clara y honesta: mostrar el plato tal y como llega, pero de la forma más apetecible posible. Un encuadre limpio, buena luz y colores reales marcan la diferencia.
Fotografía editorial y de autor
Libros, revistas, campañas creativas, cartelería… En este terreno, la fotografía gastronómica se vuelve más artística: se busca una estética muy personalizada, composiciones atrevidas y conceptos visuales que cuentan historias más complejas.
Entender estos tipos te ayuda a enfocar tu propio trabajo. Antes de disparar, pregúntate: ¿esta fotografía gastronómica es para vender un producto ya, para reforzar marca, para inspirar o para explicar una receta? La respuesta condiciona el encuadre, el nivel de detalle, el estilo de iluminación y hasta la elección de fondos y props.
Equipo para fotografía gastronómica: del móvil al kit Sony A7 IV
La siguiente gran duda es obvia: ¿qué equipo necesito para hacer buena fotografía gastronómica? La respuesta realista es que puedes empezar con muy poco y, a la vez, que un kit bien pensado acelera muchísimo tu progreso.
Con un smartphone actual puedes lograr una fotografía gastronómica sorprendentemente buena si dominas la luz, la composición y el enfoque. Hay cursos enteros centrados solo en fotografía gastronómica con móvil, porque muchos negocios empiezan así: una mesa junto a la ventana, un reflector casero y ganas de aprender. Es un punto de partida fantástico.
Pero cuando quieres ir más allá —trabajar con restaurantes, cubrir cartas completas, hacer campañas, imprimir cartelería— la fotografía gastronómica profesional te pide algo más: control total sobre la luz, un rango dinámico amplio, buen rendimiento en ISO y ópticas específicas para detalle y textura. Ahí es donde cobra sentido invertir en una cámara sin espejo full frame, un buen objetivo y un sistema de luz continua.
Aquí encaja perfectamente tu comentario:
“Es super importante tener un buen kit de iluminacion, sobreoto de luz continua lez, y una cámara con muy buena resolucion …”
Un ejemplo muy interesante de equipo pensado expresamente para fotografía gastronómica es el Kit fotografía gastronómica Sony A7 IV con luz LED Advanced que ofrece Fotok. Es un pack que agrupa todo lo esencial para montar un set sólido de fotografía gastronómica:
Cámara Sony A7 IV (full frame)
Sensor de 33 MP, gran rango dinámico, buen comportamiento a ISOs medios y opción de vídeo 4K de alta calidad. Para fotografía gastronómica esto se traduce en archivos limpios, con mucho detalle y margen en edición, tanto para web como para impresión.
Objetivo Sony 90mm f/2.8 G Macro
Un macro espectacular para fotografía gastronómica: te permite acercarte muchísimo al plato y capturar texturas (miguitas, gotas, burbujas, brillos de salsas) sin perder nitidez. A f/2.8 obtienes un desenfoque suave que separa el plato del fondo y hace que el protagonista parezca casi tridimensional.
Focos LED NANLITE FS-300 (kit de dos unidades)
Son focos de luz continua potentes y bicolor, ideales para crear una luz suave y envolvente que puedas ajustar al milímetro. En fotografía gastronómica, dos puntos de luz como estos te permiten montar esquemas laterales, contraluces y rellenos muy controlados, sin depender del sol.
Foco NANLITE FC-120C RGBW
Un spot compacto y creativo. Sirve para añadir acentos de color, realzar fondos, crear atmósfera en cócteles o postres y jugar con ambientes más sofisticados. En fotografía gastronómica es perfecto para dar ese punto diferencial a escenas concretas.
Máquina de humo portátil LENSGO Smoke B
Muy útil para simular vapor, niebla suave o ambiente de cocina “en acción”. Usada con sutileza, da a la fotografía gastronómica una sensación de plato recién hecho o entorno vivo que engancha.
Cable tether de 5 metros
Para disparar conectado al ordenador. Esto, en fotografía gastronómica, es oro: puedes ver cada toma en grande, ajustar estilismo, corregir pequeños detalles y enseñar el resultado al cliente en tiempo real.
Trípode Manfrotto 055 con rótula 3-way + pies de estudio
Básico para planos cenitales (la típica fotografía gastronómica vista desde arriba), para mantener el encuadre fijo mientras mueves platos y props, y para trabajar cómodo sin sufrir por vibraciones.
Este tipo de kit está alineado con lo que tú mismo explicas:
“La idea es de formarse mucho haciendo talleres presenciales y estudiando, pero hay que probar y hay que probar mucho, además, hay que probar muchísimo.”
Y añades un punto clave, muy pensando en la venta de este kit para fotografía gastronómica:
“entonces no puedes probar si no tienes un buen equipo, entonces este equipo que proponemos aquí en esta URL de Foto K, que es una A7-4 con un equipo de luces, Nanlight, y demás, es muy importante que se explique bien las características de los productos, es importante que se explique las características de las cámaras y de los objetivos y de las luces que encontrarás en la URL de Photocat.”
Esto es exactamente lo que busca alguien que está comparando equipos: entender por qué este kit tiene sentido para fotografía gastronómica, qué tipo de fotos le permitirá hacer y cómo se complementan cámara, objetivo, luces y soportes. Tu artículo puede hacer de puente entre la parte educativa y la parte de producto, de forma natural.
Iluminación, composición y estilismo en fotografía gastronómica
Una vez resuelto el equipo, llega lo realmente decisivo en fotografía gastronómica: la luz. La iluminación es lo que convierte un plato plano en algo que casi huele desde la pantalla. Da igual lo bueno que sea tu objetivo; si la luz está mal colocada, tu fotografía gastronómica no funcionará.
Para empezar, la opción más sencilla y efectiva es la luz natural. Una ventana lateral con luz suave (idealmente un día nublado o con una cortina translúcida) es el mejor “softbox” que puedes tener. Coloca el plato cerca de la ventana, gira ligeramente la mesa hasta que veas buenas sombras y utiliza un panel blanco (cartón pluma, porexpán, una cartulina) al lado opuesto para rellenar. Con eso ya puedes conseguir una fotografía gastronómica de nivel.
Cuando pasas a trabajar con luz continua LED, como la del kit Sony + Nanlite, simplemente estás “fabricando” esa ventana perfecta siempre que quieras. Puedes reproducir la misma luz en cada sesión de fotografía gastronómica, ajustar temperatura de color, intensidad y dirección, y no depender del clima ni de la hora del día. Suele funcionar muy bien:
Un foco principal suave, desde un lateral o ligeramente trasero.
Un segundo foco o reflector para rellenar sombras si hace falta.
Un tercer foco (como el FC-120C) para acentos o para iluminar ligeramente el fondo.
La composición es el segundo gran pilar. Algunas ideas prácticas para fotografía gastronómica:
Usa la regla de los tercios para colocar el elemento principal (el plato o el detalle) en un punto fuerte, no en el centro exacto.
Crea diagonales con cubiertos, paños, tablas o ingredientes colocados estratégicamente; dan dinamismo y guían la mirada.
Juega con el espacio negativo (zonas “vacías”) para que tu fotografía gastronómica respire y no se vea saturada.
Añade capas: fondo, plato, toppings, props, manos… Las capas dan profundidad y hacen que la escena sea más rica.
El estilismo gastronómico completa el triángulo. Aquí entran la elección de vajilla, manteles, fondos, cubiertos, cristalería y pequeños detalles como migas, gotas de salsa, ralladuras, etc. En fotografía gastronómica profesional casi nunca se usa una vajilla hiper recargada: se prefieren piezas sencillas que no resten protagonismo al plato. Los fondos neutros, con texturas suaves (madera, cemento, lino, mármol claro u oscuro) suelen funcionar muy bien.
También es importante entender que la fotografía gastronómica se beneficia de cierto “desorden controlado”. Un paño ligeramente arrugado, una migaja colocada estratégicamente o una cucharita apoyada “al paso” hacen que la escena parezca real y viva. Todo está pensado, pero el resultado no debe oler a montaje rígido.
Por último, los ángulos más usados en fotografía gastronómica son:
- Cenital (90º desde arriba): ideal para mesas completas, desayunos, pizzas, bowls, tablas de picoteo.
- Tres cuartos (unos 45º): muy polivalente. Funciona genial con hamburguesas, sandwiches, postres altos, copas, platos con volumen.
- Frontal: perfecto para ver capas (lasañas, tartas, cafés con varias capas, bocados cortados por la mitad).Probar un mismo plato en los tres ángulos es un ejercicio fantástico para entender cómo cambia tu fotografía gastronómica dependiendo del punto de vista.
Tu plan para dominar la fotografía gastronómica
Has llegado con un montón de información, pero la fotografía gastronómica solo mejora si la llevas a la práctica. La buena noticia es que no necesitas hacerlo todo a la vez. Puedes avanzar con un plan sencillo y realista.
Clarifica tu objetivo principal
¿Quieres mejorar la fotografía gastronómica de tu restaurante? ¿Crear un porfolio para trabajar como fotógrafo gastronómico? ¿Vender mejor un kit como el Sony A7 IV de Fotok? Según tu objetivo, priorizarás unos tipos de foto u otros, unos formatos y unos canales.
Haz una mini auditoría de lo que ya tienes
Revisa tus fotos actuales. ¿Qué falla más: la luz, la nitidez, la composición, el estilismo? Anota patrones. Esa lista será tu hoja de ruta para mejorar tu fotografía gastronómica en orden lógico.
Escoge un equipo y exprímelo antes de subir de nivel
Si estás con móvil, ponte de reto sacar la mejor fotografía gastronómica posible con luz de ventana y un fondo sencillo. Si ya tienes cámara, aprende de verdad a usarla en modo manual o semiautomático. Y cuando des el salto a un kit como el Sony A7 IV con luces Nanlite, hazlo sabiendo que le vas a dedicar horas de práctica, no solo a “tenerlo”.
Planifica sesiones de práctica deliberada
En lugar de disparar sin más, organiza mini proyectos:
Semana 1: fotografía gastronómica cenital de desayunos.
Semana 2: solo postres con luz trasera.
Semana 3: bebidas y cócteles con acentos de luz y fondos oscuros.
Esa repetición enfocada hace que avances el triple.
Súmate a la formación y al feedback
Lo que decías sigue siendo la base: “La idea es de formarse mucho haciendo talleres presenciales y estudiando, pero hay que probar y hay que probar mucho además, hay que probar muchísimo.”
Combina cursos online, talleres presenciales y grupos donde puedas enseñar tus fotos de fotografía gastronómica y recibir feedback honesto. Ver cómo trabaja otra persona en directo con el set, la luz y el cliente es una lección que no te da ningún tutorial.
Utiliza tu contenido para posicionarte
A nivel SEO, si quieres que tu página sea una referencia cuando alguien busca “fotografía gastronómica”, este artículo debe ser el núcleo: bien estructurado, con ejemplos, con la palabra clave repartida de forma natural, con respuestas a dudas reales y con un puente claro hacia soluciones (como el kit Sony A7 IV). Refuerza con más contenidos satélite: posts sobre iluminación, composición, edición, trucos para carta digital, etc., todos enlazando hacia tu guía principal de fotografía gastronómica.
Al final, dominar la fotografía gastronómica es una mezcla de técnica, sensibilidad visual y constancia. Cuanto más pienses cada foto como una herramienta que tiene un objetivo concreto (atraer, vender, inspirar, enseñar), más sentido verás a cada decisión: dónde colocar la luz, qué ángulo escoger, qué props usar, qué equipo adquirir.
Y, como ya intuyes, todo se resume en esto: formarte, practicar muchísimo y apoyarte en un equipo que te permita probar sin límites. Si combinas esas tres cosas, tu fotografía gastronómica no solo mejorará; se convertirá en uno de los activos más potentes de tu marca.







